Escrito por Nazlı Mayuk
Editado por Daniele Paletta
Cada 17 de mayo, nuestra comunidad global se une para llamar la atención del mundo sobre las realidades de las personas con orientaciones sexuales, identidades y expresiones de género y características sexuales diversas. Es un día para denunciar las violaciones de los derechos humanos a las que nos enfrentamos cada día, pero también un momento de orgullo y esperanza mundial. Este año ha habido una auténtica avalancha de mensajes, fotos, informes, investigaciones, vídeos y campañas, procedentes de al menos 90 países de todo el mundo.
En las últimas semanas, el mundo siguió demostrando que la lucha por un mundo libre de violencia y discriminación contra nosotres está lejos de haber terminado. El mundo lloró a un joven de Irán de 20 años que, al parecer, fue asesinado por hombres de su familia después de que se revelara su orientación sexual mediante una tarjeta de exención militar. En Camerún, dos mujeres trans fueron condenadas a cinco años de prisión por acusaciones de "intento de homosexualidad".
En muchas partes del mundo, el progreso está estancado. El Mapa e Índice Arco Iris de Europa, elaborado anualmente por ILGA-Europa, apenas registró cambios positivos en la legislación y las políticas de 49 países europeos durante 2020.
Pero también hay motivos para la esperanza. En Estados Unidos, el gobernador del estado de Alabama firmó un proyecto de ley para actualizar una ley de educación sexual y eliminar el lenguaje estigmatizante sobre cuestiones de orientación sexual. Una defensora de los derechos humanos de El Salvador se ha convertido en la primera activista trans en ser nombrada colaboradora de alto nivel por la Agencia de la ONU para les Refugiades. En Australia, el gobierno de Victoria anunció un paquete de financiación para impulsar el bienestar de nuestras comunidades.